Con pérdida

La compresión de archivos con pérdida provoca la pérdida de datos y calidad de la versión original. La compresión con pérdida generalmente se asocia con archivos de imagen, como JPEG, pero también se puede usar para archivos de audio, como MP3s o archivos AAC. La "pérdida" de un archivo de imagen puede aparecer como bordes irregulares o áreas pixeladas. En los archivos de audio, la pérdida puede producir un sonido acuoso o reducir el rango dinámico del audio.

Debido a que la compresión con pérdida elimina los datos del archivo original, el archivo resultante a menudo ocupa mucho menos espacio en disco que el original. Por ejemplo, una imagen JPEG puede reducir el tamaño del archivo de una imagen en más de 80%, con poco efecto notable. De manera similar, un archivo MP3 comprimido puede tener una décima parte del tamaño del archivo de audio original y puede sonar casi idéntico.

La palabra clave aquí es "casi". La compresión JPEG y MP3 eliminan los datos del archivo original, lo que puede notarse tras un examen minucioso. Ambos algoritmos de compresión permiten varias "configuraciones de calidad", que determinan qué tan comprimido estará el archivo. La configuración de calidad implica una compensación entre calidad y tamaño de archivo. Un archivo que utiliza una mayor compresión ocupará menos espacio, pero es posible que no se vea o suene tan bien como un archivo menos comprimido. Algunos formatos de imagen y audio permiten sin pérdidas compresión, que no reduce la calidad del archivo en absoluto.