Esto se conocía como el problema de Kindle, porque existe la misma limitación en la aplicación Kindle en los dispositivos iOS de Apple o en los dispositivos Android. La razón es la misma por la que no se puede comprar un libro de Audible en estos dispositivos: el dinero. En el caso de las aplicaciones puramente digitales (es decir, sin ningún componente físico, como el envío de un artículo a tu casa a través de Amazon, o la toma de un Lyft), tanto Apple como Google requieren que utilices el proceso de compra dentro de la aplicación (IAP), que dirige el pago a través de Apple/Google, donde toman su 30% de corte, y pasan el otro 70% del dinero pagado (al fabricante de la aplicación).
Obviamente, la mayoría de las empresas no quieren renunciar al 30% de sus ingresos, especialmente en las industrias con márgenes estrechos como los libros. Así que exigen que compres en un navegador y entonces se quedan con el 100% de los ingresos.
Otras empresas como Dropbox y Evernote con mejores márgenes cumplen con el requisito que tienen Apple y Google de que cualquier tarifa que se cobre a través de la app sea la misma que cobran en su página web. Esas empresas esperan que te suscribas a través de su página web pero no pueden decirlo. Apple hace unos años cambió su política para los productos basados en la suscripción (no de una sola vez) que después del 1er año de la suscripción con un usuario concreto, la cuota de ingresos baja del 30% al 15% lo que ayuda.
Algunos han llamado a esto la "Tasa Apple" (aunque Google también lo hace si vas a través de su tienda oficial de aplicaciones Google Play en Android). Y Spotify está demandando a Apple por esto (entre otras cosas) en la UE. Pero el significado original de Apple Tax es que pagas más por cualquier producto de Apple de lo que pagarías si fuera lo mismo pero no un producto de Apple (también conocido como "Fanboy Fee").