El webrooming es el acto de investigar un producto en línea antes de realizar una compra en la tienda. Este comportamiento es cada vez más frecuente en los últimos años, ya que los clientes aprovechan la gran cantidad de información disponible sobre los productos en Internet para tomar sus decisiones de compra.
El webrooming puede considerarse lo contrario del showrooming, que es el acto de visitar una tienda para examinar un producto antes de comprarlo en línea. Mientras que el showrooming se ha visto tradicionalmente como una amenaza para los minoristas de tiendas físicas, el webrooming puede ser en realidad beneficioso para ellos, ya que a menudo hace que los clientes compren en la tienda.
¿Cómo se puede hacer frente al showrooming?
Hay varias maneras de hacer frente al showrooming. Una de ellas es tener una fuerte presencia en línea para que los clientes puedan investigar los productos en línea antes de entrar en la tienda. Otra forma es ofrecer experiencias en la tienda que no puedan reproducirse en línea, como demostraciones o consultas. Además, puede igualar o batir los precios online para asegurarse de que los clientes obtienen la mejor oferta posible. Por último, puede crear programas de fidelización para animar a los clientes a que vuelvan a su tienda en lugar de hacer showrooming.
¿Es poco ético el showrooming?
No hay una respuesta definitiva sobre si el showrooming no es ético. Algunas personas sostienen que no es ético porque implica ir a una tienda para ver los productos y luego comprarlos en línea a un precio más bajo, lo que puede perjudicar los resultados de la tienda. Otros sostienen que no es poco ético porque es simplemente una forma de conseguir la mejor oferta posible en un producto. En última instancia, la decisión de si el showrooming es ético o no depende de cada persona.
¿Por qué es un problema el showrooming?
Cuando los consumidores hacen "showrooming", visitan las tiendas físicas para examinar los productos en persona, pero luego compran esos mismos productos en línea a un precio más bajo. Esta práctica es un problema para los minoristas porque erosiona sus beneficios y puede provocar el cierre de las tiendas.
Hay varias razones por las que el showrooming es un problema. En primer lugar, cuando los consumidores realizan un showrooming, están utilizando las tiendas físicas como sala de exposiciones o campo de pruebas para los productos que finalmente compran en otros lugares. Esto significa que los minoristas están invirtiendo en la infraestructura y el personal necesarios para ofrecer una experiencia de compra en persona, pero no están siendo compensados por ello a través de las ventas.
En segundo lugar, el showrooming puede llevar a una carrera de precios a la baja, ya que los minoristas compiten entre sí y con los minoristas online para ofrecer los precios más bajos. Esta competencia de precios puede ser especialmente perjudicial para los minoristas de tiendas físicas, que a menudo tienen mayores gastos generales que los minoristas en línea.
Por último, el showrooming puede tener un impacto negativo en la experiencia de compra en persona. Cuando los clientes acuden a las salas de exposición, a menudo se centran más en el precio que en el servicio u otros aspectos de la experiencia de compra. Esto puede conducir a una disminución de la satisfacción de los clientes, lo que puede perjudicar aún más los resultados de un minorista.
¿Cree que el showrooming no es ético? No está claro si el showrooming es ético. Es ilegal porque hay que ir a la tienda para ver los productos y luego comprarlos en línea a un precio más barato. Esto puede causar problemas financieros a la tienda. Algunos sostienen que no es ético porque permite obtener el precio más bajo de un producto. En última instancia, la decisión de si el showrooming es ético o no depende de cada persona.
¿Beneficia el showrooming a los consumidores a largo plazo?
¿Por qué o por qué no? No, el showrooming no beneficia a los consumidores a largo plazo. El showrooming es cuando un consumidor va a una tienda para ver un producto, pero luego lo compra por Internet a un precio más barato. Esto perjudica a las tiendas físicas, que no pueden competir con los precios en línea, y en última instancia conduce a menos opciones y precios más altos para los consumidores.