El Cross Site Scripting (XSS) es un tipo de vulnerabilidad de seguridad informática que suele encontrarse en las aplicaciones web. El XSS permite a los atacantes inyectar código malicioso en las páginas web vistas por otros usuarios. Cuando un usuario ve la página, el código malicioso es ejecutado por el navegador web, resultando en el compromiso de la sesión del usuario.
El XSS puede utilizarse para robar cookies, tokens de sesión u otra información sensible. También puede utilizarse para inyectar código malicioso que será ejecutado por el navegador web. Esto puede resultar en la ejecución de código arbitrario, como la descarga y ejecución de malware en la máquina del usuario.
Hay dos tipos de ataques XSS:
1. XSS reflejado
2. XSS almacenado
Los ataques XSS reflejados ocurren cuando el código malicioso se inyecta en una página web que luego es vista por la víctima. El código no se almacena permanentemente en la página web, sino que se inyecta sobre la marcha.
Los ataques XSS almacenados se producen cuando el código malicioso se almacena permanentemente en la página web, por ejemplo en una base de datos. Cuando la víctima ve la página, el código es ejecutado por el navegador web.
Los ataques XSS pueden prevenirse con una adecuada validación de la entrada y codificación de la salida.
¿Cómo se ejecuta un ataque XSS?
Hay varias formas de ejecutar un ataque XSS, pero la más común es inyectar código malicioso en una página web. Esto puede hacerse añadiendo el código a la propia página, o utilizando un servicio de terceros que permita inyectar código en una página web.
Una vez inyectado el código malicioso en la página web, será ejecutado por el navegador cuando se cargue la página. El código puede entonces realizar cualquier número de acciones, como robar cookies o información de la sesión, redirigir al usuario a un sitio malicioso o mostrar una página de inicio de sesión falsa.
¿Cuál es la diferencia entre CSRF y XSS?
Cross-Site Request Forgery (CSRF) y Cross-Site Scripting (XSS) son dos tipos de ataques que puede llevar a cabo un atacante para explotar una debilidad en un sitio o aplicación web.
Los ataques CSRF se dirigen específicamente a la funcionalidad de un sitio o aplicación web, como la capacidad de enviar formularios o hacer peticiones a un servidor. Un atacante puede explotar una vulnerabilidad CSRF para enviar solicitudes falsas o maliciosas en nombre de un usuario, sin su conocimiento o consentimiento. Esto puede llevar a la divulgación de información sensible, o a la ejecución de acciones no deseadas o maliciosas.
Por otro lado, los ataques XSS se aprovechan de la confianza que un usuario tiene en un sitio o aplicación web. Un atacante puede inyectar código malicioso en un sitio o aplicación web, que luego será ejecutado por el navegador del usuario cuando éste visite el sitio o utilice la aplicación. Esto puede conducir a la divulgación de información sensible, o a la ejecución de acciones no deseadas o maliciosas.