La gestión del rendimiento es el proceso de supervisión y evaluación del rendimiento de los empleados para garantizar que se ajusta a las normas de la organización. Esto incluye el establecimiento de objetivos de rendimiento, la medición de los progresos y la provisión de retroalimentación.
El objetivo de la gestión del rendimiento es mejorar la productividad de los empleados y ayudar a la organización a alcanzar sus objetivos. Para ello, la gestión del rendimiento debe estar alineada con la estrategia de la organización.
Hay cuatro componentes clave en la gestión del rendimiento:
1. Establecimiento de objetivos
2. Medición del rendimiento 2. Medición del desempeño
3. Retroalimentación
4. Entrenamiento y desarrollo
El establecimiento de metas es el primer paso en la gestión del desempeño. Los empleados deben saber lo que se espera de ellos para cumplir con los estándares de la organización. Los objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables, pertinentes y con un plazo determinado.
La medición del rendimiento es el proceso de seguimiento del progreso de los empleados hacia los objetivos fijados. Esto se puede hacer a través de una variedad de métodos, tales como las revisiones de rendimiento, la retroalimentación de 360 grados, y el software de fijación de objetivos.
El feedback es una parte importante de la gestión del rendimiento. Permite a los empleados saber cómo lo están haciendo y dónde necesitan mejorar. La retroalimentación debe darse regularmente y debe ser específica, objetiva y procesable.
La formación y el desarrollo son esenciales para la gestión del rendimiento. El coaching puede ayudar a los empleados a identificar sus puntos fuertes y débiles, establecer objetivos y desarrollar planes de acción. Las oportunidades de desarrollo pueden incluir la formación, la tutoría y el seguimiento del trabajo.
¿Cuáles son los pilares de la gestión del rendimiento?
Los cuatro pilares de la gestión del rendimiento son el establecimiento de objetivos, el seguimiento del rendimiento, la retroalimentación del rendimiento y la mejora del rendimiento.
1. La fijación de objetivos garantiza que todos los miembros de la organización conozcan los objetivos de la empresa y sepan cómo contribuye su trabajo individual al éxito general de la empresa.
2. 2. El seguimiento del rendimiento permite a los directivos supervisar el progreso hacia los objetivos e identificar las áreas en las que hay que mejorar.
3. La retroalimentación del rendimiento proporciona a los empleados información sobre sus puntos fuertes y áreas de mejora, para que puedan hacer cambios en sus hábitos de trabajo y mejorar su rendimiento.
4. Los planes de mejora del rendimiento ayudan a los empleados a identificar acciones específicas que pueden llevar a cabo para mejorar su rendimiento y alcanzar sus objetivos.
¿Cuáles son los 8 métodos de evaluación del desempeño?
Hay varios métodos de evaluación del desempeño que las organizaciones pueden utilizar, pero algunos de los más comunes son:
1. Feedback de 360 grados: Este método recoge la retroalimentación de los supervisores, colegas y reportes directos de un empleado.
2. 2. Fijación de objetivos: En este método, los empleados y sus supervisores trabajan juntos para establecer objetivos específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con plazos.
3. Elección forzada: En este método, se pide a los empleados que elijan entre varias afirmaciones predeterminadas que describan mejor su rendimiento en el trabajo.
4. Clasificación: En este método, se clasifica a los empleados en relación con sus compañeros en términos de rendimiento laboral.
5. Escala gráfica de valoración: En este método, los empleados son calificados en una escala (por ejemplo, de 1 a 5) en diferentes categorías de desempeño (por ejemplo, calidad del trabajo, asistencia, actitud).
6. Escala de observación del comportamiento: En este método, los empleados son calificados por su comportamiento en diferentes situaciones (por ejemplo, cómo manejan las quejas de los clientes, cómo manejan el estrés).
7. 7. MBO (gestión por objetivos): En este método, los empleados y sus supervisores trabajan juntos para establecer objetivos específicos, medibles y alcanzables.
8. Feedback de 360 grados: Este método recoge los comentarios de los supervisores, los compañeros y los subordinados directos de un empleado.
¿Qué es la gestión del rendimiento tecnológico?
La gestión del rendimiento tecnológico (TPM) es un proceso sistemático para gestionar los recursos tecnológicos de una organización con el fin de alcanzar sus objetivos empresariales. El objetivo del TPM es optimizar el rendimiento de la tecnología alineándola con los objetivos del negocio, al tiempo que se reducen los riesgos y los costes.
El TPM incluye cuatro elementos clave:
1. Gestión de la cartera tecnológica: Esto implica la gestión de los recursos tecnológicos que tiene una organización con el fin de garantizar que están alineados con sus objetivos de negocio. Esto incluye identificar, evaluar y seleccionar las soluciones tecnológicas adecuadas para la organización.
2. Gestión del ciclo de vida de la tecnología: Se trata de gestionar los recursos tecnológicos a lo largo de su ciclo de vida, desde su adquisición hasta su eliminación. Esto incluye la planificación y la gestión de la obsolescencia de la tecnología y los ciclos de actualización.
3. Gestión del riesgo tecnológico: Se trata de identificar, evaluar y gestionar los riesgos asociados al uso de la tecnología. Esto incluye los riesgos relacionados con la seguridad, la privacidad, el cumplimiento y la continuidad del negocio.
4. Gestión de los costes tecnológicos: Se trata de gestionar los costes asociados al uso de la tecnología. Esto incluye los costes relacionados con el hardware, el software, las licencias, el mantenimiento y la asistencia.