La ingeniería social es el acto de engañar a las personas para que proporcionen información confidencial. El atacante puede utilizar una variedad de métodos para lograr esto, como correos electrónicos de phishing, sitios web falsos y estafas telefónicas. Una vez que el atacante tiene la información que busca, puede utilizarla para obtener acceso a los sistemas o cometer un fraude.
La ingeniería social es un problema importante tanto para las empresas como para los particulares. Los atacantes pueden utilizar la información que obtienen para robar dinero o datos sensibles, o incluso para acceder a instalaciones físicas. En algunos casos, pueden incluso utilizar la información para chantajear a la víctima.
Hay algunas cosas que puede hacer para protegerse de los ataques de ingeniería social. En primer lugar, sospeche de cualquier comunicación no solicitada, especialmente si le pide información personal o financiera. En segundo lugar, no haga clic en los enlaces de los mensajes de correo electrónico o de los mensajes instantáneos de personas que no conoce. Por último, si no está seguro de que un sitio web sea legítimo, no introduzca en él ninguna información sensible.
Si cree que puede haber sido víctima de un ataque de ingeniería social, es importante que cambie sus contraseñas y notifique inmediatamente a su banco o compañía de tarjetas de crédito. También debería considerar la posibilidad de realizar un escaneo de malware en su ordenador para comprobar si se ha instalado algún software malicioso.
¿Cómo afecta la ingeniería social a una organización?
La ingeniería social es el uso del engaño para engañar a las personas para que revelen información que pueda ser utilizada para obtener acceso no autorizado a sistemas o datos. El objetivo de la ingeniería social es explotar la tendencia natural de las personas a confiar en los demás y a actuar de manera servicial.
La ingeniería social puede utilizarse para obtener acceso a lugares físicos, como un edificio o un centro de datos, o acceso lógico, como un sistema informático o una red. Una vez obtenido el acceso, un atacante puede utilizar otras técnicas para escalar sus privilegios y obtener acceso a datos o sistemas sensibles.
Los ataques de ingeniería social suelen dirigirse a los empleados de una organización, ya que suelen ser el eslabón más débil de la cadena de seguridad. Los atacantes utilizarán una variedad de técnicas para tratar de engañar a los empleados para que revelen información o realicen acciones que den al atacante acceso a los sistemas o datos de la organización.
Algunas de las técnicas de ingeniería social más comunes son el phishing, el pretexto y el tailgating.
El phishing es un tipo de ataque de ingeniería social que implica el envío de correos electrónicos o mensajes fraudulentos que parecen provenir de una fuente de confianza. El objetivo de un ataque de phishing es engañar al destinatario para que revele información sensible, como las credenciales de inicio de sesión, o para que realice una acción que dé al atacante acceso al sistema de destino, como hacer clic en un enlace malicioso.
El cebo es un tipo de ataque de ingeniería social que consiste en dejar un dispositivo físico, como una unidad USB, en un lugar donde es probable que lo encuentre un empleado de la organización objetivo. La unidad USB suele contener malware que, cuando se ejecuta, dará al atacante acceso al sistema de destino.
El pretexto es un tipo de ataque de ingeniería social que implica la creación de una historia o escenario falso con el fin de engañar al objetivo para que revele información sensible. Por ejemplo, un atacante puede fingir ser un empleado de la organización objetivo para obtener acceso al edificio, o puede fingir ser un cliente para
¿Qué es la ingeniería social explicar sus tipos?
La ingeniería social es un tipo de ataque que se basa en engañar a las personas para que entreguen información confidencial o realicen acciones que de otro modo no harían. El atacante utilizará cualquier medio necesario para lograr su objetivo, ya sea a través del correo electrónico, el teléfono o en persona.
Hay muchos tipos de ataques de ingeniería social, pero algunos de los más comunes son el phishing, el vishing y el baiting.
El phishing es un tipo de ataque de ingeniería social que implica el envío de correos electrónicos o mensajes fraudulentos que parecen provenir de una fuente legítima. El atacante tratará de engañar a la víctima para que haga clic en un enlace o archivo adjunto malicioso, o para que proporcione información personal, como las credenciales de inicio de sesión.
El vishing es otro tipo de ataque de ingeniería social que utiliza llamadas telefónicas o VoIP (voz sobre IP) para intentar engañar a las víctimas para que proporcionen información personal o transfieran dinero al atacante. La persona que llama a menudo se hace pasar por un representante legítimo de un banco u otra organización, y trata de sonar lo más convincente posible.
El cebo es un tipo de ataque de ingeniería social que se basa en dispositivos físicos para atraer a las víctimas a fin de que proporcionen información confidencial. El atacante dejará una unidad USB u otro tipo de dispositivo de almacenamiento en un lugar público, y esperará a que alguien lo encuentre y lo conecte a su ordenador. El dispositivo infectará entonces el ordenador con malware, o el atacante podrá acceder remotamente a la máquina de la víctima una vez que el dispositivo esté conectado.
Los ataques de ingeniería social pueden ser extremadamente difíciles de defender, porque se aprovechan de la naturaleza humana. La mejor manera de protegerse de este tipo de ataques es ser consciente de ellos y no dar nunca información personal ni hacer clic en enlaces de fuentes desconocidas.
¿Cuáles son los tres métodos habituales de ingeniería social?
Hay tres métodos comunes utilizados en los ataques de ingeniería social:
1. Phishing: Consiste en enviar correos electrónicos u otros mensajes que parecen proceder de una fuente de confianza, en un intento de engañar al destinatario para que revele información sensible o haga clic en un enlace malicioso.
2. 2. Pretexto: Consiste en crear un escenario falso para obtener información de la víctima. Por ejemplo, un atacante puede fingir ser de un equipo de soporte técnico para obtener acceso al sistema informático de la víctima.
3. Baiting: Consiste en dejar un dispositivo físico, como una unidad USB, en un lugar público con la esperanza de que alguien lo encuentre y lo conecte a su ordenador. El atacante puede entonces infectar el ordenador de la víctima con malware o acceder a datos sensibles.