Ley de Comunicaciones de 1934 Definición / explicación

La Ley de Comunicaciones de 1934 es la principal ley que regula las comunicaciones interestatales e internacionales en Estados Unidos. La ley creó la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) y define sus poderes y responsabilidades. La ley también establece el marco para la regulación de las comunicaciones interestatales e internacionales por parte de la FCC y otras agencias.

¿Qué se consideran comunicaciones maliciosas? Las comunicaciones maliciosas se definen como cualquier tipo de comunicación que tenga como objetivo dañar o acosar a otro individuo o grupo de individuos. Esto puede incluir, entre otras cosas, las amenazas, el acoso, la incitación al odio y la difamación.

¿Qué ocurre si se infringe la Ley de Comunicaciones?

La Ley de Comunicaciones es la principal ley que regula las comunicaciones interestatales e internacionales en Estados Unidos. La Ley establece la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) y detalla la autoridad de la FCC para regular las comunicaciones interestatales e internacionales por radio, televisión, alambre, satélite y cable.
Si usted infringe la Ley de Comunicaciones, puede estar sujeto a una multa, a una pena de prisión o a ambas. ¿Qué se clasifica como comunicaciones maliciosas? Las comunicaciones que causan angustia o daño al receptor se consideran comunicaciones maliciosas. Las comunicaciones que amenazan, abusan, son obscenas o contienen información engañosa o falsa pueden considerarse maliciosas.

¿Qué cubre la Ley de Comunicaciones?

La Ley de Comunicaciones de 1934 es la principal ley que regula las comunicaciones en Estados Unidos. Cubre la mayoría de las formas de comunicación, incluyendo el teléfono, la radio, la televisión y el cable. La ley también establece la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), que es responsable de regular las comunicaciones en Estados Unidos. ¿Cuál de los siguientes puntos fue eliminado por la Ley de Telecomunicaciones de 1996? La Ley de Telecomunicaciones de 1996 eliminó efectivamente el monopolio que las Baby Bells tenían sobre el mercado telefónico local.

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